Esta semana, Juan Luis Castanedo, presidente de la asociación, y Pablo Buitrago, uno de los miembros más activos de la SMM, se han acercado a Mina Despreciada, situada en la cara norte de Sierra Gorda, cerca de la localidad cartagenera de Vista Alegre. Esta mina fue denunciada a finales del siglo XIX, no comenzando su explotación hasta varias décadas más tarde.
Como en una buena parte de las minas de la zona, aparecen diversas especies minerales encajadas en los óxidos de hierro y en los filones de barita, como fluorita, cuarzo, malaquita, auricalcita, rosasita, oxiplumboromeita pseudomórfica de bournonita y hemimorfita, principalmente. Salvo la barita, que forma filones masivos donde aparecen pequeñas huecas con cristales de varios centímetros, la fluorita que se presenta en cubos de hasta un centímetro, y el cuarzo, el resto de minerales son micro.
En estas minas, como en otras de la Sierra Minera, se detecta de forma evidente el rastro de auténticos cerdos que pasan por ellas y que no tienen escrúpulos en abandonar sus residuos, contaminando las galerías, tanto visualmente como químicamente por tirar las pilas que quitan a sus linternas. Estos verdaderos guarros crean muy mala imagen a los buscadores de minerales, que deberían tomar cartas en el asunto marginando y poniendo en evidencia a quienes tienen esos comportamientos tan incívicos y primitivos.
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