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viernes, 26 de abril de 2024

FERIA DE MINERALES DE LA UNION 2024

Esta es una breve crónica se basa en el testimonio de cerca de una veintena de visitantes, entre directivos y colaboradores de la asociación entre otros, que han aportado su visión subjetiva sobre este conocido evento mineralógico. 

Pretende ser una una crítica constructiva y en positivo sobre un acontecimiento que atrae anualmente a La Unión a miles de visitantes, que disfrutan libremente del ambiente en el Mercado Público y su entorno.

Comenzaremos por cartel anunciador, de gusto muy discutible por decirlo de forma suave, que provocó una opinión poco favorable entre la mayoritaria de los aficionados. Los promotores deberían buscar de una vez un buen diseñador profesional, que tenga un mínimo sentido estético, para no perjudicar la imagen de las entidades colaboradoras y de la Feria en sí misma.

Sorprendió gratamente la gran afluencia de público, aunque hubo momentos en los que fue muy difícil para los coleccionistas moverse por el  recinto y acceder a los expositores lo que lleva a pensar que tal vez el espacio no sea adecuado, por sus  dimensiones, para este ya tradicional evento de la Semana Santa unionense. 

Las curiosas reproducciones de dinosaurios fueron un elemento a destacar pero, al ser más pequeños que el tiranosaurio de la edición de 2023, no destacaban entre la masa de público que los ocultaba completamente de la vista. 

Como novedad se organizó un taller de artesanía prehistórica en el que se confeccionaron flechas, lanzas y utensilios diversos. No sabemos que tendrá que ver eso con la mineralogía pero como atracción de turistas y clientes, que es al final lo que cuenta para los organizadores, cumplió su papel.

Los incidentes causados por la meteorología fueron destacables. Si en otras ediciones las caudalosas goteras perjudicaron a expositores y visitantes, este año el viento ha sido el protagonista al levantar parte de la cubierta del recinto, sin que se produjeran desgracias personales, y fue necesario reubicar algunos puestos para prevenir accidentes. El Ayuntamiento debe abordar con urgencia y sin más demora las imprescindibles reparaciones del edificio para prevenir incidentes que podrían poner suponer un riesgo para la integridad de las personas.

El nivel de los minerales de colección expuestos para su venta fue muy bajo, salvo honrosas excepciones, destacando las extranjeras y las de otras provincias.. Del material local no había piezas destacables siendo en general demasiado discreto, lo que pone en evidencia el progresivo agotamiento de las minas de la Sierra de Cartagena. Los precios, seguían en su tónica habitual, ya que había para todos los gustos y bolsillos. 

Como en otras ediciones se entregaron varios premios, como el Premio al Mejor Stand Decorado que recayó merecidamente en Juan Nicolás Mesas, un comerciante de Zaragoza que suele presentar piezas variadas e interesantes; el Premio al Mejor Mineral de la Sierra de La Unión se le otorgó a un cuarzo  de Juan Llorente que no era la mejor de la Feria y, a nuestro parecer, era desmesurada en tamaño, bastante mediocre y vulgar; y el Premio al Mejor Mineral Extranjero expuesto fue para un apatito de Brasil de José Manuel Jurado, un ejemplar feo y de muy escasa calidad. 

La zona de intercambios instalada en los aparcamientos estuvo muy floja, tal vez por el mal tiempo, ya que vinieron muchos menos coleccionistas y no se alcanzó ni el volumen ni el nivel de otras.

En resumen, la Feria de Minerales de La Unión da muestras de estancamiento o decadencia, a pesar de las alharacas de los políticos y las desmesuradas alabanzas de palmeros interesados o “nacionalistas serranos”, y es cada vez menos destacable a nivel mineralógico. Eso sí, se ha convertido en una de las que más visitantes atrae, lo que puede estar causado por las especiales fechas en las que se celebra, pero nada más.

El modelo actual da claros síntomas de agotamiento, los responsables deberían retirarse y pasar el relevo a personas verdaderamente formadas y preparadas que sepan organizar, gestionar y aportar ideas nuevas. 

Esperemos que el próximo año se plantee de otra forma para mejorarla, porque esta edición desde luego es para olvidarla. 

Fotografías de Ginés López y Pilar Sánchez.



Cartel Oficial de la XXVI Feria de Minerales y Fósiles de la Unión, que no favorecía su imagen.


Autoridades sonrientes mostrando el cartel oficial. 



Interior del Mercado Público. Se puede observar la densidad de visitantes.


Una de las reproducciones de dinosaurios.


Mesa con reproducciones de utensilios prehistóricos.


Otra vista general del puesto.


Tejado del Mercado del que se desprendieron piezas de la cubierta por el viento y que podrían haber causado una desgracia.


Cuarzo variedad calcedonia de Marruecos.



Uno de los puestos.


Amatistas de Brasil.


Esmeraldas de Colombia.



Otro stand.


Fluorita con barita. 


Una pieza a un precio razonable. Trencapedres suele ofrecer material interesante a precios muy competitivos.



Bonito cuarzo variedad amatista de México.


Una dioptasa del Congo muy cara para lo mediocre que era.



Hermoso cristal de cuarzo.


Vivianita.


La tradicional zona de venta e intercambios en la zona de aparcamiento en la que se hacen interesantes transacciones a precios razonables.


Yeso a precio muy ajustado.


Lote de fluoritas.




Interesante material de Trencapedres a precios razonables.



Más puestos.


La participación fue alta.


Nuestra tesorera Pilar Sánchez con Juanjo Martínez Pardo, uno de los más afamados buscadores de minerales de La Unión, además de una excelente persona.



Cartel del concurso de fotografía cuyo diseño también deja mucho que desear.




El apatito de Brasil que se llevó el Premio. Ejemplar demasiado mediocre. El criterio del jurado es muy cuestionable.


Cuarzo que obtuvo el Premio al Mejor Mineral de la Sierra. Muy grande pero nada destacable.


Calcita española a precio razonable.


Fluorita amarilla de Marruecos.


Otro puesto con un gran cuarzo amatista.















































































domingo, 17 de marzo de 2024

PASEO POR EL BARRANCO DEL JAROSO

Ayer acompañamos a Los Peripátéticos de Lorca a una excursión al Barranco del Jaroso de la Sierra de Almagrera, en Los Lobos, Cuevas de Almanzora (Almería), para hacer senderismo aprovechando que en estas latitudes ya es primavera.

Los Peripatéticos son un trío senderista de personas maduras (Francisco Javier Fernández, Enrique González alias "Padre Enrique" y Pedro Javier González) que recorre en sus rutas, algunas de muchos kilómetros, el medio natural de la Región de Murcia y de provincias vecinas, y que son también algo  aficionados a las piedras. A veces permiten que les acompañen, en función de la temática a tratar durante el paseo, lo que ellos llaman Peripatéticos asociados, como en este caso nuestro presidente Juan Luis Castanedo y la tesorera Pilar Sánchez, así como otros conocedores del territorio o expertos en diversas materias.

Durante la mañana disfrutamos de un paisaje minero singular que nos encanta y Los Peripatéticos pudieron coger algunas muestras de minerales frecuentes en la zona, como por ejemplo siderita, pirita masiva, goethita, posible crisocola y micromounts de la Mina Estrella (brochantita, atacamita y malaquita).

Una ruta dura al discurrir cuesta arriba, pero agradable, tomando fotografías y quemando calorías que recuperamos inevitablemente durante el copioso almuerzo en un restaurante de la zona.

No vamos a dar más información sobre el Jaroso o la Almagrera puesto que hay mucha disponible en internet.

Fotografías tomadas con teléfono por Juan Luis Castanedo y Pedro Javier González.


Barranco del Jaroso.


El Padre Enrique y Javier Fernández. 


Paisaje minero.


Vista hacia del norte desde El Jaroso.


Pilar en lo alto de una ruina minera.


Un agradable encuentro inesperado, joven de culebra bastarda (Malpolon monspessulanum).


Restos de construcciones mineras.


Juan Luis y Enrique.


Genista umbellata


Detalle de la especie anterior.


Javier tomando fotografías. Detrás Pilar y el Padre Enrique.


Un descanso.


Por el fondo del barranco.


Pozo minero.


Otra toma hacia el norte. Al fondo el Valle del Río Almanzora.


Una malva (Lavatera marítima).


Pilar partiendo un pedrusco. Tres mirando y una trabajando. De izquierda a derecha: Pedro Javier, Francisco Javier y Enrique

.


Javi aporreando un cincel.


Coronilla sp., también muy abundante en la sierra.


Javi trabajando.


Enrique partiendo pedruscos.


Pico Tenerife al que por suerte no tuvimos tiempo de ascender, aunque algunos estaban interesados en subir.


El Tenerife.



Paisaje.


Por el barranco.


Cebolla albarrana (Drimia maritima).


Pilar buscando piedras en el agujero de una escombrera.


Otra vista desde la Mina Estrella.


Enrique en la terrera de la Mina Estrella.


Pozo y vista del Barranco del Jaroso.


Pozo minero.


Ruinas.


Fotografía de finales del siglo XIX de la zona que decora el restaurante donde comimos.


Otra foto antigua.


Muestra de yeso masivo.


Fragmento de siderita.


Siderita.


Óxidos de hierro.


Posible crisocola.


Siderita.


Muestra de pirita.


Siderita.


Por fin en el coche.


Información en Los Lobos.


Sierra de Almagrera desde la terraza del restaurante.


Recuperando fuerzas.


Apareció el Padre Enrique.


Alioli.


Entrantes.


El vino no puede faltar.


Otro entrante rico.


Los caracoles, imprescindibles allá donde los haya.


Platos principales.


Otro.


Más vino.


Sobremesa.


Asiático sin mezclar los componentes.


Pilar y Pedro Javier.


Los Lobos al pie de la Sierra Almagrera.


En casa de Enrique en San Juan de los Terreros.


Despedida.