Si no estamos equivocados, las primeras referencias a estas minas datan de una inscripción de 1906 en el libro de demarcaciones.
Se trata de pequeñas explotaciones, denominadas localmente Minas de San Juan, que en la actualidad se encuentran valladas en su mayor parte quedando pocas bocaminas practicables. Por ese motivo solo pudieron acceder a dos galerías cortas quedando una tercera, en la que era necesaria cuerda para descender al fondo de la cavidad, pendiente para otra ocasión.
Actualmente son bastante pobres mineralógicamente hablando ya que solo encontraron pequeños filones de fluorita y de yeso y por ello no estimaron interesante extraer muestras.
Fue una mañana muy calurosa que invitó, tras el paseo, a realizar una visita al Bar Jeromo de Doña Inés para reponer fuerzas e hidratarse.
Fotografías de Javier Casaú y Juan Luis Castanedo.
Juan Luis y Pedro por una ladera buscando bocaminas
Javi y Pedro mirando un filón en una cantera abandonada
Vista de la cantera
Recorriendo laderas
La mayoría de las bocaminas se encuentran valladas
Pequeño pozo vallado
Una de las bocaminas
En el interior de una galería
Selfie de Javier y Pedro mientras Juan Luis mira un filoncillo de yeso
Pedro en una galería
Anchurón de gran tamaño en una de las minas
Pedro y Juan Luis mirando filoncillos
Observando yesos en una escombrera
Muestra de yeso
Masa de fluorita
Galería
Un inofensivo opilión o araña patúa como se le llama en esta tierra
Otra galería
Cabra muerta en el interior de uno de los minados
Filoncillo de fluorita
Pedro, presidente de BosqueO2, y la cabra.
Filón de yeso
Pijolobo (Cistanche phelypaea), llamativa planta en todo su esplendor que parásita principalmente diversas especies de la familia amarantáceas.
En el bar se encontraron con José Antonio García Baraza, presidente de la Asociación de Vecinos de Doña Inés y vicepresidente de la Federación Espartaria, agricultor de profesión y escultor por vocación.
Foto del grupo
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