Un pequeño grupo de mineralogistas murcianos nos desplazamos el pasado viernes día 8 a Madrid para visitar la tradicional feria de minerales, fósiles y gemas que se celebra en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía, situada en la calle Ríos Rosas.
Aunque fue un viaje casi "relámpago" y la estancia se limitó a dos horas, de las que la primera se destinó a saludar y conversar con amigos que se ven en estos eventos, pudimos disfrutar de la gran variedad de piezas que se exponían en los diferentes stands, algunas de gran calidad aunque a precios desorbitados en algunos casos.
Destacamos el puesto de Antonio Álvarez de Madrid, con minerales de calidades y precios variados, algunos muy asequibles para un bolsillo medio, al igual que el material presentado por José Ramón y Samantha Pastor, de Trencapedres de Alicante; Joan Rosell ofrecía una gran diversidad piezas; atención merecían también los de Tesoros Naturales de Zaragoza y de José Luis Sánchez de Valencia, que tenía excelentes apatitos de Panasqueira; o el de Luis Miguel Fernández Burillo también de Zaragoza, entre otros.
Echamos de menos el stand de Fabre Minerals, pero entendemos que Jordi Fabre, a quien pudimos saludar en la feria ya que acudió como un visitante más, tras tantos años dedicado al comercio de minerales de colección, pueda descansar y dedicarse a la familia y a coordinar su gran obra: el Foro de Mineralogía Formativa (FMF), aunque los aficionados ya no podamos disfrutar de su oferta de ejemplares de gran calidad.
Esta feria tiene un encanto especial tanto por el bello edificio de la Escuela como por la posibilidad de ver el Museo Histórico-Minero Don Felipe de Borbón y Grecia, que se ubica en su interior (https://minasyenergia.upm.es/museo-historico-minero.html) cuya visita recomendamos.
Como la afluencia de personas no fue muy elevada esa mañana de viernes, pudimos recorrerla detenidamente sin los agobios que se producen otras jornadas, aunque no tomamos muchas fotografías al no disponer de mucho tiempo para ello.
De regreso a Murcia nos detuvimos a comer en un restaurante, que nos satisfizo a todos los comensales, de un pueblo de Cuenca .
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